Llevamos unos años atrás donde nos empezamos a preguntar si este sistema "ideal" llamado monarquía parlamentaria, que nuestros antepasados se esforzaron en conseguir es del todo efectivo o es el menos malo de todos los sistemas políticos inventados hasta la actualidad.
Y es que en días como hoy, cuando los telediarios y los periódicos nos llenan los oídos y la vista de casos como el Gurtell o Garzón o Matas, es necesario detenerse y preguntarse: ¿qué puede estar fallando?
Ayer se conocieron los cincuenta mil folios del sumario del Caso Gurtell, que vienen a decirnos que, efectivamente, hay un trama de corrupción de límites aún desconocidos y que tiene por cabeza al ex-tesorero del PP y actualmente senador Sr. Bárcenas. Y ahora viene la pregunta, ¿un señor como este debe representar a la soberanía nacional en el Senado? Mi respuesta es contundente, NO. A mi juicio tarda mucho Rajoy en salir al paso de esta lluvia de críticas sobre su partido, y como no lo haga pronto, se va a mojar; y lo que es una individualidad le puede costar a Rajoy miles de votos. El señor Bárcenas está ensuciando el nombre del PP, y su presidente, no lo debe permitir. Dice un refrán popular "piensa mal, y acertarás"; y en este caso si te da por pensar mal, te preguntas porque sigue siendo senador, ¿no habra otro tipo de intereses detrás de Bárcenas que le agarren al cargo? Si esto es así, ya tenemos el circo y el desfile montado.
Y nos fallan algunos políticos, esos que nosotros, con toda lo buena intención del mundo elegimos para que nos representen en el parlamento. Pero es que también nos fallan los jueces, esos que se suponen son imparciales y se encargan de "administrar" justicia. Casos como el de Garzón le hacen a uno cuestionarse la pregunta del título; y es que el magistrado de la Audiencia Nacional suma con la de hoy, la 3ª causa por la que tiene que comparecer en el Supremo. Pero la historia va más allá, independientemente de que se extralimitase o no en sus competencias (hecho que decidirá el Supremo), el señor Garzón ha jugado con el Estado de Derecho, buscando las mil y una escusas para no "sentarse en el banquillo"; si los jueces no valoran la justicia y no se predisponen a comparecer ante ella, ya me dirás qué civil de a pié lo va a hacer.
El caso de Garzón traerá discusión durante un tiempo, pero la decisión final sobre las voces que piden su inhabilitación la tiene el Consejo General del Poder Judicial, que está formado por políticos, con ideologías. !VIVA LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL QUE SE GARANTIZA EN LA CONSTITUCIÓN!
En resumen, con noticias como la de hoy, cada día me apunto más a esa corriente que habla de que es necesaria una "regeneración democrática", solo factible si la ciudadanía quiere, porque como sigamos con la actitud conformista, va a terminar desapareciendo esta, aunque con errores, maravillosa democracia.
Y es que en días como hoy, cuando los telediarios y los periódicos nos llenan los oídos y la vista de casos como el Gurtell o Garzón o Matas, es necesario detenerse y preguntarse: ¿qué puede estar fallando?
Ayer se conocieron los cincuenta mil folios del sumario del Caso Gurtell, que vienen a decirnos que, efectivamente, hay un trama de corrupción de límites aún desconocidos y que tiene por cabeza al ex-tesorero del PP y actualmente senador Sr. Bárcenas. Y ahora viene la pregunta, ¿un señor como este debe representar a la soberanía nacional en el Senado? Mi respuesta es contundente, NO. A mi juicio tarda mucho Rajoy en salir al paso de esta lluvia de críticas sobre su partido, y como no lo haga pronto, se va a mojar; y lo que es una individualidad le puede costar a Rajoy miles de votos. El señor Bárcenas está ensuciando el nombre del PP, y su presidente, no lo debe permitir. Dice un refrán popular "piensa mal, y acertarás"; y en este caso si te da por pensar mal, te preguntas porque sigue siendo senador, ¿no habra otro tipo de intereses detrás de Bárcenas que le agarren al cargo? Si esto es así, ya tenemos el circo y el desfile montado.
Y nos fallan algunos políticos, esos que nosotros, con toda lo buena intención del mundo elegimos para que nos representen en el parlamento. Pero es que también nos fallan los jueces, esos que se suponen son imparciales y se encargan de "administrar" justicia. Casos como el de Garzón le hacen a uno cuestionarse la pregunta del título; y es que el magistrado de la Audiencia Nacional suma con la de hoy, la 3ª causa por la que tiene que comparecer en el Supremo. Pero la historia va más allá, independientemente de que se extralimitase o no en sus competencias (hecho que decidirá el Supremo), el señor Garzón ha jugado con el Estado de Derecho, buscando las mil y una escusas para no "sentarse en el banquillo"; si los jueces no valoran la justicia y no se predisponen a comparecer ante ella, ya me dirás qué civil de a pié lo va a hacer.
El caso de Garzón traerá discusión durante un tiempo, pero la decisión final sobre las voces que piden su inhabilitación la tiene el Consejo General del Poder Judicial, que está formado por políticos, con ideologías. !VIVA LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL QUE SE GARANTIZA EN LA CONSTITUCIÓN!
En resumen, con noticias como la de hoy, cada día me apunto más a esa corriente que habla de que es necesaria una "regeneración democrática", solo factible si la ciudadanía quiere, porque como sigamos con la actitud conformista, va a terminar desapareciendo esta, aunque con errores, maravillosa democracia.
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