martes, 1 de junio de 2010

Los incansables israelíes.

Ayer tuvimos la tristeza y la desgracia de contamplar un hecho horroroso, es sin duda, el ataque de Israel a la flotilla de Gaza con la intención de volver a crispar, que es lo que llevan haciendo más de 30 años.

Atacar la ayuda humanitaria, es, junto con los ataques a los civiles la manera más rastrera de luchar por unos intereses que creo, no se merecen. El conflicto palestino-israelí trae cola desde finales de la 2ª guerra mundial, pero es gran beneficiado en estos años ha sido sin duda, Israel, los palestinos han aguantado carros y carretas, y se han tragado muchas cosas que no debían. Y qué respuesta encuentran por parte de la comunidad internacional, prácticamente ninguna. La ONU condenaba ayer el "ataque" pero no la actitud de Israel, vaya dosis de cinismo y del bueno. Los palestinos han sido expulsados de una tierra en la que han vivido cientos de años solo por el intento de "compensar" a un pueblo que, si es cierto, lo han marginado en todos los sitios. Pero los israelitas, no contentos con este "regalo" han decidido bloquear humanitariamente y en parte militarmente Gaza, pese a las recomendaciones internacionales.

A Israel antes lo apoyaba EEUU, ahora ni eso, le quedan pocos amigos. Es la hora de que los organismos internacionales intervengan de una vez por todas, porque allí están dispuestos a no entenderse. La ONU debe tomar para sí la ciudad de Jerusalén y establecer, por muy intervencionista que parezca, un gobierno propio de momento para subsanar la situación. Ninguno de los bandos va a querer perder la ciudad santa, pero no podemos consentir que ese espíritu haga perder más vidas. Una condena unánime y el establecimiento de una poder externo en Jerusalén terminaría con todas estas discusiones y devolvería la paz y la prosperidad al pueblo palestino.

Esta situación no ha de durar más. Israel tiene que dejar las armas y si no fuera así, habrá que determinar el aislamiento internacional.

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