lunes, 14 de junio de 2010

Contrarreloj en Bélgica

Ayer teníamos los resultados de las elecciones federales belgas. Unos resultados, que contra todo pronóstico dieron la victoria a los separatistas flamencos con el 28% de los votos. El líder de los independentistas flamencos, Bart de Wever se postula como próximo presidente del gobierno, un gobierno que aumentará las diferencias entre francófonos y neearlandófonos. Flamencos y Valones, tradicionalmente enfrentados en el país Belga, van a verse separados cada vez más con la llegada de este partido creciente al poder. Este partido va a tener que pactar para formar gobierno con al menos otras tres fuerzas políticas y con idearios bastante diferentes.

En Bélgica hay una crisis institucional mucho mayor que en este país; Leverme, el anterior primer ministro tardó unos nueve meses en lograr formar gobierno, y esta vez parece que las cosas van por el mismo camino. Bélgica es un país inundado por la deuda, casi como la española, y lo más preocupante de todo es que en unos quince días asumirá la Presidencia de turno de la UE, una presidencia de la que se espera mucho, sobre todo tras el desastre de la española y el medio año que ha perdido la Unión. Salvo sorpresa y aunque el rey Alberto II se empeñe en acercar posturas para formar un gobierno en estos quince días, Bélgica tomará posesión de la Presidencia con un gobierno provisional y con un futuro muy incierto, puesto que de Wever es un euroescéptico reconocido y como separatista tratará de dividir un país que lo que menos necesita ahora es preocuparse del modelo de Estado. Bruselas, la ciudad de las dos culturas, la capital de la Unión puede resultar dividida y cargarse a unos de los grandes fundadores de la CEE.

El ascenso de euroescépticos no beneficia en absoluto a Europa. Teníamos el caso la pasada semana en Holanda, la victoria de un partido antislamista, racista, euroescéptico, ultraderechista...en las elecciones demuestra que la crisis ha sido capaz de romper nuestros valores humanos y nuestro respeto a los derechos humanos; hecho que solo sirve para acercarnos al fácil discurso demagógico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario